LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD
MÁS HUMANA Y MÁS JUSTA
“Los discípulos de Jesús, al inicio del tercer milenio, tienen un compromiso misionero tanto al interior de la iglesia, "formando discípulos", como en la sociedad humana:, Colombia, Bolívar, Cartagena. Allí los discípulos son como levadura en la masa y deben comprometerse con una presencia testimonial que, iluminada por el evangelio y el pensamiento social de la iglesia promueva la defensa de los derechos de las personas y de los pueblos.
Alli también, los discípulos de Jesús, tienen otros campos prioritarios para su compromiso: la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural; el fortalecimiento de la familia; la promoción del derecho a la libertad religiosa; la participación en una actividad política, solidaria para buscar la justicia, la reconciliación, el perdón y la paz en Colombia, Bolívar y en Cartagena; la defensa del derecho al trabajo y la distribución equitativa de los bienes. Un campo especialmente prioritario en el compromiso de los discípulos, en Bolívar y en Cartagena, son los desplazados, a causa de la violencia o de la pobreza o de las dos.
Pero sobre todo, los discípulos deben tener puesta su esperanza en Jesucristo, quien los ha llamado realizar este proyecto del Reino. Por eso en el desarrollo de su misión buscarán promover espacios de esperanza para muchos hombres y mujeres comprometidos en la construcción de un mundo más justo y solidario. En medio del dolor y del sufrimiento, Jesucristo muerto y resucitado, es el mayor signo de esperanza. El llama sus discípulos a animar la vida de los desconsolados, a dar ánimo a los tristes, a dar sentido a sus vidas y a las luchas de cada día”. Nuestra Iglesia arquidiocesana tiene que hacerse portadora de este mismo mensaje.”
(Plan de Pastoral de la Arquidiócesis de Cartagena No 610)